Cuando hagas lo que más temes, entonces podrás hacer cualquier cosa.
Eso dicen por ahí y es una gran
verdad. Los seres humanos tenemos un
fantástico radar que pone todos nuestros sistemas en alerta y nos lleva a
actuar de formas que ni sabíamos que éramos capaces cuando nos enfrentamos al
miedo.
Todos tenemos miedo, y
no me refiero a fobias o pánicos, que entran en otra categoría, sino al miedo común,
sobre situaciones, sobre pérdidas, a la reacción de otras personas, o el miedo
al fracaso que es el más frecuente y el que más paraliza.
El miedo es un sentimiento complejo, pero real.
A veces estamos
frente a aquello que nos da más miedo y no sabemos muy bien cómo actuar, nos
quedamos en un estado de estupor.
¿Y qué podemos hacer frente al miedo?
Dejar de sentirlo no es posible, pero aceptarlo sí y cuando hay
aceptación siempre hay evolución.
Por eso os propongo éstas tres prácticas que os ayudarán:
1. Hacer respiraciones conectadas.
No se
trata de la respiración normal, sino una que consiste en un ciclo de cuatro
pasos:
Prepárate soltando todo el aire y luego:
- Contener durante 2 segundos
- Exhalar
- Contener durante 2 segundos
- Vuelve a inspirar
Te prometo que con éste tipo de respiración consigues serenidad y
lucidez, y enfrentarás ese miedo de mejor forma.
Te animo a que lo pruebes.
2. Escribir, dibujar, expresarlo en papel.
Por experiencia
propia os digo que no es lo mismo tener algo en tu cabeza dando vueltas a
tenerlo escrito en un papel. Esta
afirmación vale para casi cualquier situación, pero sobre todo cuando tenemos
miedo de enfrentar una situación que no deseamos o de que algo no salga tan bien como esperamos. Escribirlo o dibujar acerca de ello, te permite ver opciones y otros
ángulos menos visibles desde tus pensamientos.
3. Saltar el miedo creando un nuevo marco de referencia.
Quiero decir, si tienes miedo a hablar en
público, busca una actividad que te obligue a hacerlo aunque sea durante un par de minutos. Al principio te sudarán las
manos, pero una vez que arranques te darás cuenta que sí eres capaz y no era para tanto. Además, cuando te encuentres en una situación similar y
vuelvas a sentir ese miedo, tu cerebro ya tendrá ese nuevo marco de referencia que
le recuerde que ya has aprendido a salir airoso de esa situación.
Habéis subido la primera vez a una montaña rusa? ¿a qué es distinto el sentimiento cuando ya subes la segunda vez? ¡pues eso!
Y si utilizas estas tres herramientas en conjunto será muchísimo
mejor.
Tenlas por ahí a mano en tu
memoria, para cuando vuelva esa pregunta a tu cabeza
¿tengo miedo de … qué
puedo hacer?
Respira -> escríbe -> crea un nuevo marco de referencia
¡Que tengáis un feliz domingo!
0 comentarios:
Gracias por tu opinión ;)